Hace como un par de semanas fuimos al Ecofest que se organizó en la hermosa Avenida Alvaro Obregón en la CDMX, justo en la Roma para el placer de los sibaritas que hay en la zona. En este festival se promueven productos ecológicos desde pañales, comida, bebidas, comida para perro, huevos orgánicos, juguetes y muchas otras cosas mas.
Caminando por los casi 150 puestos nos encontramos una marca tapatía llamada Chilipines que manufactura salas artesanales, mermeladas, mole negro, chapulines y otras cosas. Así que nos aceramos a la “probadita” y el ajonjolí enchilado es una maravilla, ya sea en ensaladas o para botanear con queso realza el sabor. Los 100 gramos nos costaron nada mas ni nada menos que $40 pesos.
Ohh desgracia
2 Semanas después fuimos al área Gourmet de Liverpool y encontramos el ajonjolí enchilado de 450 gramos a tan solo 35 pesotes!!!. Me sentí estafado, y eso que Liverpool es caro de por si.
Entiendo que es un negocio y no me quejo de los productos que son buenos pero de las malas prácticas de las compañías y de que son ventajosas. Solo por estar en la feria nos la dejan caer en unos pesos más, que poca!!
Esta situación de las ferias me recordó también de un episodio hace varios años en la Feria del Mole de Atocpan, y yo creo que en cualquier otra feria, donde hay puestos de comer y en la carta que te enseñan las personas que casi casi te arrastran por comer en su negocio, total uno se decide por un negocio, la comida mas o menos pero el detalle es que en la carta nunca viene especificado el precio del agua. Cuando llega la cuenta oh sorpresa, un vaso de agua de jamaica cuesta más que un plato de mole con guajolote!!.
Estos de Chilipines me vieron la cara, que decepción, no sé si voy a comprar más ajonjolí o han perdido un cliente.