Aumenta la producción de energía y regula los niveles de insulina.

Un grupo de investigadores del Instituto Benson-Henry de Medicina Mente/Cuerpo del Hospital General de Massachusetts y del Beth Israel Deaconess Medical Center entrenaron a 26 adultos, sin experiencia previa, en meditación de relajación durante ocho semanas. Los participantes practicaron la respiración profunda, repetición de mantras, y aprendieron a ignorar los pensamientos intrusivos, con el fin de mejorar su calidad de vida y bienestar.

La respuesta de relajación a la tensión es una técnica de relajación mediante la repetición de una pose de yoga y de una oración o mantra, sin concentrarse en otros pensamientos. Se ha demostrado que esta técnica sirve para proteger contra trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, así como las condiciones físicas como la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y los tipos de cáncer que se derivan del estrés.

En el estudio, a los voluntarios se les tomaron muestras de sangre antes y 15 minutos después de escuchar un CD de 20 minutos sobre educación para la salud. Posteriormente, se les puso a escuchar un CD que los guió en su meditación. Dentro de los participante novatos, había 25 que ya tenían una larga experiencia en la evocación de la respuesta de relajación.

Todas las muestras de sangre de los sujetos revelaron cambios en la expresión génica, después de la meditación. Los cambios fueron totalmente contrarios a lo que ocurre durante un vuelo en avión o una discusión: los genes asociados con el metabolismo de la energía, la función mitocondrial, la secreción de insulina y el mantenimiento de los telómeros se encendieron, mientras que los que participan en la inflamación se apagaron. Estos efectos fueron más pronunciados y consistentes en los participantes experimentados.

De acuerdo con  el Dr. Herbert Benson, autor principal de este estudio, “las personas que practican la meditación simple no sólo lo hacen para relajarse, en realidad, están experimentando “una respuesta genómica específica que contrarresta los efectos dañinos del estrés.”

Aunque este estudio se enfonca en una sola una forma de llegar a este estado, la gente ha estado tratando de averiguarlo por sí misma desde hace miles de años a través del yoga, la oración y otras formas de meditación. Sin embargo, esta es la primera vez que los investigadores han sido capaces de utilizar la ciencia básica para mostrar que estas prácticas tienen realmente un efecto biológicamente observable.

Los resultados también demostraron que los efectos de la respuesta de relajación se hacen más fuertes con la práctica, lo óptimos es realizarla dos veces al día durante 10 a 20 minutos. Afortunadamente, no es difícil de aprender. “ Hay que hacerlo cada año; estos efectos son muy poderosos en la forma de cambiar su actividad genética”, concluyó Benson.

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