Me sentí como basura humana este fin de semana. Resulta que el pasado sábado llegó a la casa un gato, mas bien una gata, no sabría cómo se metió porque la barda tiene 4 metros con todo y reja y alambre de púas.
El gatito estaba muy alegre descansando cuando regresamos al mediodía. Mi hijo , amante de los animales, en seguida le nombró “Doctor Bigotes”. Nos preguntó que si podíamos darle agua y de comer y fuimos a comprar un sobre de wiskas para darle al gatín. Los dos perros que tenemos, Camilo y Chulo, estaban como locos, aunque nunca habían visto a un gato, pero yo creo que su propio instinto le decía que el extranjero no debería estar ahí. Afortunadamente después de un rato de estar ladrando se cansaron y lo dejaron en paz.
Mi hijo le arrimo un suéter viejo al Doctor Bigotes para pasar esa noche y le puso una reja para que los perros no se acercaran. El chaval quería merlo a casa pero le dijimos que eso si que no se podía argumentando que no sabíamos si tenía pulga o algo parecido.
Esa noche , ya cuando el niño estaba dormido, nos preguntamos que íbamos hacer con el gato. Las razones para dejarlo ir sobran:
- No sabemos si está vacunado
- No sabemos su está preñada
- Tenemos dos perros
- El chaval tiene ezcema y yo asma
- No estaba planeado tener otra mascota
ya reflexionando las contras entonces le abrimos la puerta y el Doctor Bigotes la cruzó.
A la mañana siguiente, ¿adivinen quién estaba ahí maullando nuevamente??. Todo el domingo se la pasó dormida, los perros ladrando y mi hijo dándole de comer.
Entiendo que hay que hacer algo para ayudar a los animales indefensos, pero en esta ocasión las razones para echarla a la calle son más fuertes que adoptarla. En mi mente pensé que ya habíamos hecho nuestra parte adoptando a tres perros y encontrándoles casa. Adoptar a un gato significaría poner en riesgo la salud de mi hijo y la mía.
Esa noche, en lugar de abrirle la puerta de la casa, le abrí la puerta del coche y Doctor Bigotes se subió solito. Conduje el coche como 3 cuadras y siendo domingo como a las 11 PM no había personas en la calle y simplemente abrí nuevamente la puerta y el gato se bajó.
Me sentí muy triste por esa situación y mi tristeza se incrementó cuando a la siguiente mañana mi hijo al despertarse fue a buscar al Doctor Bigotes y no lo encontró. Lo buscó por todos los rincones de la casa, y al final me dijo que posiblemente había regresado a su casa.
¿por qué la gente tiene mascotas y no las cuida?, ¿porqué no las opera?, ¿por qué otros tenemos que cargar con esa pesadumbre de pensar que hacer con ellos?, ¿por qué ilusionan a los niños de esa forma?
Doctor Bigotes: deseo que te encuentres bien, que encuentres a una familia, que no pases hambre, que no te persigan los perros, que no pases frío y sobretodo que seas feliz pequeño gato.
Lo siento.