Siempre creí que cuando mi mamá iniciara su último viaje y yo no estuviera cerca, en ese mismo instante, en ese segundo cuando diera su último látido, ese mismo látido enviara una señal al universo para decirme que mi mamá nos había dejado en este mundo terrenal.
Algo esperaba un sueño, una mariposa volando o hasta hipo o un dolor de estómago ya ni se diga un rayo o un tropezón o que cayera una pluma de algúna paloma blanca en mi regazo, pero nada de eso pasó.
Tal vez si hubo señal y yo no me di cuenta o no quise darme cuenta.
Ahora pienso que no hubo señal debido a que no nos hemos despedido todavía, ella sigue sonriendo en mí, en sus cuentos y en sus cosas que atesoro mas que nunca. Ese fin de semana cuando cayó enferma le agradecí todo lo que significa ser mamá, sus esfuerzos, sus lágrimas, sus chistes y miles de cosas mas.